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Manuel Estrada Villodres
Es por ello que el Patio de los Inquietos y yo como responsable del mismo ofrecemos gratuitamente todo tipo de conferencias a quienes esten sinceramente interesados en compartir el camino de la búsqueda de la verdad. Para ello se pueden poner en contacto a través de la dirección de correo medalamatia@gmail.com.
Manuel Estrada Villodres
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miércoles, 15 de septiembre de 2010
La razón del sueño despierto

sábado, 4 de septiembre de 2010
La verdadera riqueza

viernes, 3 de septiembre de 2010
Al Rabi de Galilea. Señor de la Luz y Príncipe del Amor
Mi maestro...Mi amado... Mi añorado avatar de las edades de mi alma peregrina,
que sedienta recorre la senda infinita,
de toda honda ausencia,
de la callada distancia dormida entre los soles errantes,
y la fría noche que a mi soledad espanta...
...Mi maestro, mi amado, mi sueño despierto en todas mis esperanzas,
no permitas que entre ambos jamás la niebla del olvido,
levante su opaco y oscuro manto...
...Necesito saber que detrás de todo mundo me aguardas;
cuando la tarde se desmaye entre los brazos de la aurora,
y la noche irrumpa, por fin, vestida con guirnaldas de estrellas.
Te he amado desnudo y cierto, siendo niño;
y te he buscado herido de nostalgia y vestido de hombre,
mis pies sangran caminos abandonados, y mis manos tocan en el aire,
invisible el recuerdo de tu mirada...
...Hay en mí un dolor de amor que se derrama, como un manantial,
murmullos de seda con tu nombre,
gotas de oro y de luz con el agua de tus palabras,
cada gota de sangre brilla con dorados destellos,
cada golpe de huesos que estallan vencidos por el tiempo,
musitan canciones que devuelven al mar el significado del azul;
cada vez que vencido en la muerte que no mata pero hiere,
sucumbo en mi nostalgia.
De mi vientre roto,
escapan todos los niños de mi infancia, y el hombre de las edades,
que maduraron entre los trigales del sueño,
y el anciano enamorado de la luz,
abrazada a su sonrisa de siglos.
Y algo infinito late de nuevo en el corazón de la vida;
es la música aterciopelada de los soles en su danza en torno a la luz...
...Ayer y hoy se derraman ingenuos como un beso,
en los labios de la memoria, las palabras tímidas de sí mismas,
sonríen la llegada de toda caricia con los dedos del amor,
que exhibe su danza de cielos entre las olas de un mar sin agua,
más cubierto cuan inmensa la luz, de corpúsculos luminosos,
como lágrimas de estrellas... ¡He vuelto...! Dice el ayer...
¡Mi sangre es el sudor de tus gastados sueños! Afirma el presente.
En la noche, quietos por un instante, los pensamientos de ambos,
se escuchó inquieto murmurar al indómito futuro;
¿Quiénes sois vosotros que me resultáis tan familiares...?
Amanece de nuevo... ¡Estoy aquí mi estrella añorada!
¡Mi eterna aurora que cobijas todos mis anhelos!
¡Ven a mí en este ahora, mi infinita necesidad te aguarda!
¡Ven a mí, mi maestro, mi amado!
Publicado por Manuel Estrada Villodres

La espiral de la serpiente - II Verso de la Aurora
Mi corazón es como una tierra colonizada por aquellos a los que quiero_ Dice el viejo poeta.
Me desvanecí en el abrazo del amor y vuestras almas llenaron de otra luz mis pupilas...Mis dedos están entrelazados en incontables manos...Y mis oídos aun guardan la canción de la lluvia en los campos reverberecidos de soñadas primaveras...Estoy tan lleno de vuestras canciones y de vuestras sonrisas, que he olvidado con el tiempo la música de mi flauta y atrás quedaron las palabras de mi boca...Soy tanto todos vosotros...Soy todo de tanto que me disteis, que olvide mi nombre, y la fragancia embriagadora de vuestros corazones danza sobre mi cabeza formando una corona de luz cegadora...El susurro de la nostalgia es el canto silente de vuestra inagotable cascada de vida sobre mis manos abiertas a la caricia...Al respirar inhalo vuestros cálidos abrazos, y al cerrar los ojos, atrapado en la madeja del sueño, vuestras miradas blancas iluminan la oscuridad abisal de mi humilde cuarto. _ ¿Cuándo me perdí a mi mismo en las crestas ocres del camino siendo llenado de todo lo vuestro?; ¿Cuándo mi pobreza fue cubierta del oro del amor vivo?, exhala en mí el viejo mendigo... _Fue sin querer_ se disculpó el sonrojado amor de un niño. _Yo solo me acerque a tu estanque para llenar con tu agua el cántaro de mi soledad _aclaró el viejo asceta en el camino. _Únicamente abrace tu mirada con el alma de millones de olivos; viejos centinelas de la Atlántida dormida en los campos andaluces bajo una tierra olvidada _expuso el guardián ciclope del sol _Soy tu hermano, y te amé desde el primer instante _Dijo aquel que conoce la agonía de mi soledad de extranjero en las tierras de mi cuerpo _Encendí mi lámpara y compartí el pan ázimo de la Amistad. Desde entonces mis pisadas son las huellas de tus sueños sobre esta tierra de hombres. Mi nombre está escrito con las letras doradas de vuestros nombres. Y mi mundo se halla repleto de la algarabía de vuestras canciones.
Esta soledad mía es inevitable, al arrebatarme cuanto soy con el embrujo de vuestra risa, que tanto anhelo llene todo vacío;¡Oh, vosotros, los huéspedes de mi corazón, estaré siempre sentado a vuestra puerta para que me devolváis mi vida a través del rio que fluye entre mi alma y la vuestra¡ ;¡Son las aguas del amor que abraza ambas orillas con el beso del agua ¡ ¡ Y sin su fresca fragancia en las mejillas de mi anhelo los muros de piedra y arena me cercan amenazantes ¡
Esta soledad mía es inevitable, al arrebatarme cuanto soy con vuestra oculta magia llena de belleza y raros encantamientos de luz, quede vacío y oscuro sin vuestra llama.
_¡ Dadme la vida de nuevo ¡ ¡ Vuestras miradas encienden las mías ¡ ¡Dadme la vida de nuevo, o si tal vez pudierais una mano amiga sobre la mía, tejer con los hilos del nuevo día, la promesa del camino compartido, encenderé mi lámpara y dispondré en mi mesa los frutos maduros de mi corazón, mi querido amigo¡....¡Mis hermanos, mis siempre añorados¡
Publicado por Manuel Estrada Villodres

miércoles, 1 de septiembre de 2010
La espiral de la serpiente - I Verso de la Aurora
Hijo, si miras hacia dentro veras en tu honda inmensidad las alas del espíritu que anhela elevarse más allá de los confines de tu humanidad. Y un sufrimiento casi ultimo y agotado que llora su dolor por la herida abierta, derramara su última lagrima, y un lamento huérfano de manos y de bocas se esparcirá sobre tus ojos como la bruma temprana que anuncia un nuevo día. Y la luz ya no podrá ser quebrada por el hierro, ni la herida abierta se llenara del polvo sediento de la soledad que implora al amor desgarrado un beso ;...Y veras la mirada nuclear de la luz abrazar tus cansadas pupilas, y sentirás el abrazo de los viejos poetas del valle de la alegría tañer el calor sereno de la verdad en tu pecho, como una canción entre los arroyos que juegan a ser agua y salta, niña, de piedra en piedra riendo la fresca caricia de lo blanco y de la tierra.
_ ¡Ah, Maestro mío...! Toda mi alma entera se desvanece como un copo de nieve, frágil universo de un cristal imposible, sofocado por el beso solar de la luz. Ya no soy quien fui, ni soy quien pretendo...
_Son los huesos que se estiran, la fiebre de una nueva vida que estremece al corazón y se incrusta como una raíz de loto, entre las tierras resquebrajadas de tu interior, hijo mío. ¡Quien solo se reconoce a sí mismo no conoce el sufrimiento de ninguna muerte! Apenas el dolor efímero de perder aquello que guardo con tanto celo. Pero a quien el alma vio volar más alto que su nombre, y el amor hechizo con los conjurados versos del amor verdadero, perdió su rostro, y estallo con la luz nueva en el arco-iris de la Aurora.
Publicado por Manuel Estrada Villodres
