
" La vida se asemeja a un frondoso árbol, cuyos frutos contienen la esencia de la realidad misma. Esa esencia es la savia de la verdad cuyos aromas llenan el alma humana con la experiencia de las cosas; la fragancia del universo, contenida en cada semilla que guardan sus frutos. No es necesario arrancar de las ramas, ingentes cantidades de esos mismos frutos para paladear su sabor, y, finalmente, disfrutar de su profunda capacidad nutricional al alma humana. Pues, ¿ cuantos frutos deberemos comer para reconocer su naturaleza?. En realidad uno solo es suficiente. Quienes piensan que la vida es solamente el árbol visible de la realidad, se afanan por alcanzar sus mas altas ramas, creyendo erróneamente que las alturas los posiciona privilegiadamente respecto de los demás. Ignoran que el verdadero éxito proviene del conocimiento de la esencia del árbol de la vida, que es el conjunto inmaterial
de todas aquellas realidades espirituales que otorgan un sentido atemporal a la existencia humana. La experiencia no depende de la acumulación de mas frutos del árbol de la vida en el cesto de nuestra existencia, sino de nuestra capacidad de extraer aunque sea de uno solo, el néctar. El néctar de uno solo, tiene el mismo sabor que el néctar de cien. Por ello la experiencia, no nace del tiempo necesariamente, sino de nuestra capacidad de síntesis. Es la mente quien asimila el conocimiento. Y el alma quien lo exprime, hasta obtener su más depurada savia. Solo un corazón desprovisto de prejuicios, esta ciertamente predispuesto a la verdadera enseñanza. El camino del conocimiento profundo, comienza cuando el peregrino se deshace de los viejos y oxidados libros de la tradición. Sin vacío, no existe espacio libre para que la verdad encuentre un lugar donde sembrar las nuevas enseñanzas. El vacío nace de la soledad del buscador de la verdad. El vacío es el descubrimiento de la inmensidad del universo, frente a nuestra frágil y aparente insignificancia. No es ausencia. Ni frio . El vacío es el principio de un camino sin fin, de búsqueda y de progreso, de vida y de esperanza, en los innumerables mundos que nos aguardan tras la muerte, y en la vida infinita."
Manuel Estrada Villodres.
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