La conjura del mundo

-" Este carta es para ti, mi buena amiga. Son apenas las saetas de palabras que emergen del alma hacia el azul , queriendo atrapar los colores del arco-iris. Tu hondo silencio me ha cubierto de nostalgia, como niebla vespertina que esparce sobre los campos su esencia de grises y de lluvia tímida; apenas corpúsculos de poemas blancos, de agua y de aire sobre mi mano. El mundo conjura siempre contra la vida, y la belleza que brotan de la luz. Atrapando sus destellos entre las manos hasta ahogar su voz. Los dos caminamos buscando el manantial donde las estrellas nacen. En el cielo noctambulo de la aurora. En el vértigo inalcanzable de los mares. Pero los enemigos de la verdad se afanan en destruir las semillas de su sueño, en los dedos del poeta, que entona una canción de esperanza sobre las calles. No sonríen con la promesa de colores del mayo florido. Ni libran sus pies descalzos, de caminos heridos de pasados enterrados en la melancolía del tiempo. Mantiene altos los muros del resentimiento. Y usan el miedo para asomarse tras las rejas de miradas esquivas, al lugar lleno de otros sonámbulos. Caminan ciegos sobre huellas marchitas, de quienes dibujaron sobre el cemento la senda de un mundo siempre olvidado, que olvido amar y vivir soñando. Esta carta es para ti, mi buena amiga, que has despertado a la efervescencia átona del corazón alado.

Manuel Estrada Villodres.