Poema

Mira cuanto te rodea,
Abre tu corazón al lenguaje del mundo,
más allá de todo estruendo.
Toma la mano del aire,
y déjate llevar entre las olas del cielo más alto.
...No digas nada,
que tu silencio sea toda palabra,
que tus ojos miren reverentes,
la luz de la Tierra,
cuando danza suave en los campos,
y se adormece cada tarde,
en azules mantos sobre los trigales.
Camina desnudo como agua en el torrente,
cae al lago insinuado allá arriba,
donde cantan los pájaros,
y escapa de su cautiverio la flor y su aroma,
hacia lejanos bosques estrellados,
de paraísos soñados.
Ve a lo mas profundo del sendero,
junto a tu corazón de fuego invisible,
abre su prisión con barrotes de miedo,
y llora por fin siglos de cautiverio,
como lluvia añorada que empapa la grieta seca,
de húmeda esperanza risueña.
Dame tu mano de frágil seda,
mi caricia es de raíces eternas,
del árbol del amor sereno,
y mis brazos ramas al azul erguidas,
como una ofrenda en el altar de la vida.
Solo la verdad es cierta,
solo el amor la llena,
solo la humildad la sirve,
solo la bondad la expresa,
y solo la amistad la hace inmensa...

Manuel Estrada Villodres