"Nociones de humildad"

La verdadera grandeza del peregrino se encuentra en la sencillez genuina, pues sabe que su alma se ha abierto a la inmensidad silenciosa de las estrellas, cuya sombra perfecta se refleja en las aguas cristalinas del río de la mansedumbre. El corazón humano al madurar, se resquebraja amoroso dejando libres los sentimientos más puros por entre las grietas de la compasión. EL Maestro se rinde a la belleza espiritual del Todo inmanente en la Creación, cuyos reinos mas sublimes se extienden desde las tierras de la Verdad hasta los distantes confines de la Sabiduría. Cuando el Peregrino se asoma conmovido al espectáculo celeste del firmamento inclina su cabeza agradecido por tanta belleza recibida desde el principio de manos del Hacedor. El Maestro ignora su saber. No es consciente de que en los campos de su corazón maduraron las semillas secretas del conocimiento de la vida. Sin querer éstas, al florecer, se esparcen derramando su esencia en las tierras del prójimo. El Maestro no posee nada, pues se hizo uno con el Universo, que es la Patria del Hombre. El Peregrino busca la senda que conduce a todos los significados. No sabe que solo el amor bendice a la vida con las aguas de la belleza y de la bondad. Así es la senda que conduce a la vida. La senda está tejida con los hilos del Amor, y cubre al buscador de una fuente de calor vivo que jamás perece en el frío del olvido.