CONFERENCIAS PUBLICASLa necesidad de ofrecer y compartir todo tipo de información relativa a la verdadera naturaleza universal del ser humano se hace cada vez más imperiosa, especialmente dado el estado de "oscuridad interior" que afecta probablemente a una más que notoria población. Y ello, tal vez, sea responsable de los complejos problemas existenciales que afectan y limitan el progreso humano de esta sociedad. Ya no se trata necesariamente de exponer realidades transcendentales relacionadas con una vida superior, sino sobre todo de descubrir en nuestro interior la semilla espiritual; que de ser adecuadamente alimentada ha de florecer provocando el surgimiento de un hombre liberado de los "oxidados escombros historico-culturales", que nos han sepultado bajo espesas capas de ignorancia. La sabiduría no es la acumulación de conocimientos ni el exceso de información, más bien es la adquisición de la verdad y su posterior aplicación vital en nuestras vidas, sin esa misma sabiduría que nos permita ver en el camino de la realidad la dirección adecuada, estamos abocados a una oscuridad inevitable.
Es por ello que el Patio de los Inquietos y yo como responsable del mismo ofrecemos gratuitamente todo tipo de conferencias a quienes esten sinceramente interesados en compartir el camino de la búsqueda de la verdad. Para ello se pueden poner en contacto a través de la dirección de correo medalamatia@gmail.com.
Manuel Estrada Villodres
Luz

Abrí mi corazón, y una luz repentina estalló como soles atrapados en nubes de seda dormida... de entre las macilentas rejas de la noche desprendieronse rayos trenzados en el Azul... no dije nada pues mi alma selló su canto en los sonidos de la Aurora que surgió blanca en mitad de aquella inefable negrura... cerré los ojos para acallar sueños alados que elevaban hasta mí un vuelo de mundos ingrávidos sobre tu faz de nevadas cascadas risueñas entre los colores del día... y tu mano de agua tocó mi garganta apagando toda su sed de siglos agrietados por la soledad... Tu mirada encendió mi noche... fué como una luz que se mecía entre los sonidos de las alondras y los ruiseñores... pareció el mundo perder su oscuro manto, y desnudo, como una amante que espera las canciones del amor sobre su lecho de anhelante deseo, entregó su alma en tus manos... y tú... viejo sol de fuego de amor, la besaste como besa el aire cálido a los trigales al amanecer... y yo... lloré porque el mar de mi amor se desbordó de su playa... no pude retener sus lagrimas de ríos en pos de los valles que desde lo lejos elevaban sus brazos de tierra con mi nombre entre las montañas...
Publicado por Manuel Estrada Villodres
No hay comentarios:
Publicar un comentario