CONFERENCIAS PUBLICASLa necesidad de ofrecer y compartir todo tipo de información relativa a la verdadera naturaleza universal del ser humano se hace cada vez más imperiosa, especialmente dado el estado de "oscuridad interior" que afecta probablemente a una más que notoria población. Y ello, tal vez, sea responsable de los complejos problemas existenciales que afectan y limitan el progreso humano de esta sociedad. Ya no se trata necesariamente de exponer realidades transcendentales relacionadas con una vida superior, sino sobre todo de descubrir en nuestro interior la semilla espiritual; que de ser adecuadamente alimentada ha de florecer provocando el surgimiento de un hombre liberado de los "oxidados escombros historico-culturales", que nos han sepultado bajo espesas capas de ignorancia. La sabiduría no es la acumulación de conocimientos ni el exceso de información, más bien es la adquisición de la verdad y su posterior aplicación vital en nuestras vidas, sin esa misma sabiduría que nos permita ver en el camino de la realidad la dirección adecuada, estamos abocados a una oscuridad inevitable.
Es por ello que el Patio de los Inquietos y yo como responsable del mismo ofrecemos gratuitamente todo tipo de conferencias a quienes esten sinceramente interesados en compartir el camino de la búsqueda de la verdad. Para ello se pueden poner en contacto a través de la dirección de correo medalamatia@gmail.com.
Manuel Estrada Villodres
Amante de los animales

Amaba sinceramente a los animales, nada le indignaba más que contemplar el sufrimiento injusto de cualquier criatura indefensa. En más de una ocasión contemple escenas de mi hermano enfrentándose abiertamente a grupos de vándalos que maltrata...van gratuitamente a los animales. Su querido y noble perro, creo, lo entendía más que nosotros. Tenía el privilegio de acompañarle a lugares a veces vetados para el resto. En los tiempos en que Jesús tomo la representación patriarcal de mi padre, permitió que convivieran en casa además de pájaros y perros, un camaleón y varias cobayas. Pero su verdadera pasión era el mundo, los pueblos más allá de la aldea. Se pasaba horas enteras conversando con los viajeros y comerciantes, ora leyendo manuscritos que narraban historias de legendarios lugares, ora soñando a viva voz con paraísos en la tierra. Era su actitud de alegre, contagiosa, provocaba buen ánimo y fe en todos. Antes de hablar, siempre escuchaba, siempre miraba en silencio a los ojos y sonreía, después te tocaba, te acariciaba la mano o los cabellos, y decía; “No temas nada, las huestes de mi Padre velaran siempre para que la verdad brille finalmente. Si sigues la senda que conduce al bien, encontraras la luz al final.”
Publicado por Manuel Estrada Villodres
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